El pueblo de Las Casas, en la isla de El Hierro, fue durante gran parte del siglo XX un lugar tranquilo y humilde. Su gente trabajaba incansablemente para subsistir, rodeada de animales, naturaleza y una inquebrantable devoción por la Virgen de los Reyes.

Aurelio Hernández González creció allí. Vivió su infancia y su juventud en un lugar y un tiempo difícilmente repetibles. El libro que tienes en las manos contiene anécdotas, costumbres, historias, creencias y emociones propias de entonces. Estas páginas son, de alguna manera, la esencia de aquella época enfrascada y cuidadosamente conservada. Leerlo es volver a respirar el olor a pino, es recordar el sabor agridulce de las penas más duras y de la felicidad más auténtica tras las alegrías más sencillas. Un verdadero viaje en el tiempo.